Un recorrido por la cultura pictórica europea en la que se analizan algunas de las obras más importantes de la pintura desde un punto de vista que no viene en las guías ni en los libros de arte. Descubriremos un lenguaje simbólico utilizado por los pintores para plasmar en el lienzo sus ideas revolucionarias. Herejes, profetas, alquimistas... todos se dan cita en el lado oscuro del arte. Una clasificación de obras que hicieron los doctores en filosofía oculta que aún pululaban por la corte en el siglo XIX, para averiguar qué cuadros habían sido pintados sirviendo a un propósito trascendente. Lo llamaron "El Canon de los Arcanos". O, para abreviar, "El Arcanon".

La gran desconocida del Museo del Prado. Cuando el edificio abrió sus puertas al público en 1819, el nombre originario era el de "Real Museo de Pintura y Escultura". En esta ruta analizaremos los mármoles y bronces que parece que han quedado relegados a meros elementos decorativos. Comenzando con la escultura grecorromana de quien fue gran coleccionista la reina Cristina de Suecia hasta los mármoles impolutos que se trabajaron en los talleres neoclásicos del siglo XIX, pasando por las obras en bronce puestas al servicio del Imperio de los Habsburgo en el siglo XVI o a la decoración de los palacios del XVII.

Ideal para jóvenes que estén estudiando Cultura Clásica o bien para gente a quien le guste la mitología. Veremos en esta ruta cómo los artistas a lo largo de los siglos se han inspirado en las historias de la mitología grecolatina para realizar algunas de las obras de arte más importantes de nuestra cultura. Veremos a dioses, héroes, demonios, monstruos y animales fantásticos al tiempo que los comparamos con otras mitologías del mundo como la hindú, la china o la nórdica. Porque, después de todo, es la mitología y los cuentos los que forman lo que podemos llamar nuestra "memoria cultural". Y hay que conocerla.

Esta ruta sólo es posible realizarla con un número muy reducido de personas, como mucho dos o tres. Esto es debido a que la ubicación del llamado "Tesoro del Delfín" está en los sótanos del Museo, en una sala bastante estrecha a la que no pueden acceder grandes grupos. Pero merece la pena ver algo que no se espera en una pinacoteca como ésta: el "Tesoro del Delfín" es una maravillosa colección de artes decorativas de los siglos XVI y XVII, llamado así porque perteneció al Gran Delfín Luis, el hijo de Luis XIV de Francia y padre del rey Felipe V de España. En su mayoría son vasos y recipientes tallados en cristales, metales y piedras preciosas. Todo un regalo para la vista.

Puesto que Madrid vivió una importante remodelación con la llegada de los Habsburgo al trono de España, es justo que en el Museo del Prado tengamos una ruta dedicada a conocerles mejor. En España les llamamos la dinastía de los Austrias, porque procedían de esa parte de Europa, y en esta ruta el visitante podrá conocerles a todos. Es muy fácil: la dinastía comienza con el emperador Carlos I de España y V de "Alemania", y termina con Carlos II. En medio, tres "felipes": Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Vamos a conocer a estos reyes a través de los pintores que trabajaron para ellos, conociendo igualmente su red de alianzas y enemistades políticas.

No es una parte del Museo demasiado visitada. Quizá sea porque hay tantas cosas que ver que el turista medio prefiere contemplar las obras del Renacimiento en adelante. No le culpo. Esta ruta es para gente que quiere conocer algo nuevo del Museo o que esté muy interesado en conocer otros artistas españoles que no sean Goya, Velázquez, Ribera o Zurbarán. En esta ruta veremos pintura de estilo paleocristiano, que decoraba iglesias, palacios o capillas privadas. Obras hechas para la devoción personal de poderosos clientes en la España medieval. E incluso visitaremos las iglesias de Maderuelo (Segovia) o de San Baudelio de Berlanga (Soria), en unas excelentes reproducciones que nos trasladarán de nuevo a una época en la que el temor por Dios y la búsqueda de respuestas estaban a la orden del día.

La ciudad de Madrid se ofrece a contarnos su historia secreta a través de sus esculturas, edificios y monumentos. Una historia en la que veremos cómo las criaturas fantásticas y los dioses paganos se dan la mano en un recorrido que arranca en la estación de Atocha con sus extrañas quimeras de hierro y finaliza en la Plaza Mayor, con las pinturas murales de mitología en la Casa de la Panadería. Figuras mitológicas que, de una manera u otra, encarnan los valores que la Villa y Corte quería encarnar. Vamos a descubrir que Madrid es mucho más de lo que se presenta a simple vista, pero también hay que saber dónde mirar.

Cuando en el siglo XVII el Conde-Duque de Olivares le regaló una enorme extensión ajardinada al rey Felipe IV no habría podido imaginar que siglos más tarde aquello acabaría convirtiéndose en uno de los núcleos naturales más importantes para los habitantes de Madrid. Aunque su propio nombre indica retiro y descanso, si el visitante quiere acompañarme le enseñaré el majestuoso Palacio de Cristal, centro de exposiciones artísticas temporales; o la Fuente Egipcia, la única en todo Madrid que tiene dos esfinges de mármol para custodiarla. También veremos la escultura del rey Alfonso XIII en lo que es el monumento más ambicioso del parque, sin dejar de visitar la Fuente del Ángel Caído. Es una de las pocas representaciones de Lucifer que existen en el mundo, y ha sido en numerosas ocasiones objeto de quejas por parte del sector más conservador de la sociedad. También ha sido centro incluso de rituales y ceremonias satánicas. Pero no se preocupen: la fuente es inofensiva y garantizo la plena seguridad del visitante.